Salatiel Barragán, 1 Enero 2014
El árido Altiplano potosino esconde, entre su aparente soledad, rincones insospechados. Así, encaramado a 2,750 metros sobre el nivel del mar al norte del estado de San Luis Potosí, se esconde Real de Catorce. Aquí, enclavado en el corazón de la Sierra de Catorce, nació con el nombre de “Real de Minas de Nuestra Señora de la Limpia Concepción de Guadalupe de los Álamos de Catorce”, uno de los más grandes centros mineros de toda la región.
Real es una pequeña aldea minera que se forma originalmente en 1972. El 11 de agosto de 1777 recibe término de “Los Catorce”, y se funda un año después tras el descubrimiento de las más ricas minas en la región, y el auge que ocasiona la fiebre de la plata. Ahora conocido como Real de Catorce, su embrujante arquitectura, tradiciones y misticismo, le ganaron en el año 2011 ser nombrado uno de los primeros Pueblos Mágicos en nuestro país.
Aislado e inaccesible, carente de caminos y casi sin agua, Real de Catorce pasó por tiempos difíciles. Fue incendiado por grupos indígenas, abandonado, y repoblado. Para tener comunicación, el 2 de abril de 1901 se inauguró el túnel de Ogarrio, de 2,300 metros de longitud, hoy la principal vía de acceso al pueblo. Así, la vida transcurrió apacible mientras se extraía la riqueza de sus tierras; pero cuando las vetas casi se agotaron, la migración lo convirtió en un pueblo fantasma. No obstante, nunca quedó totalmente sólo, pues continuaron algunas actividades gracias al culto a San Francisco, donde los catorceños que se van, siempre regresan a venerar a San Francisco de Asís, denominado como el milagroso "Panchito" o “El Charrito”, ahora convertido en un importante Santuario regional hasta el que miles de creyentes peregrinan cada Octubre.
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