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Real de Catorce, Pueblo Mágico

Al otro lado del túnel de Ogarrio aparecen ante nosotros las antiguas casonas de piedra. Entramos a una población donde el tiempo se detuvo. Recorrer sus calles empedradas y admirar bellezas de varios siglos por el pueblo es la mejor manera de conocer Real de Catorce. Aquí destacan sitios como el Jardín Hidalgo, la Plaza principal con sus antiguas construcciones como la parroquia de la Purísima Concepción del siglo XVIII, el Palacio Municipal y grandes casonas, el Palenque similar a un anfiteatro romano erigido en cantera rosa en 1863, un foro de peleas de gallos y eventos artísticos y culturales, la Casa de Moneda donde acuñaron su propio dinero y hoy su Centro Cultural, el Museo Parroquial que resguarda objetos, fotografías y piezas de las minas, y la Plaza de toros construida en el siglo XIX que ofrece un amplio panorama del valle y las cañadas que rodean este lugar.

En sus calles, principalmente durante los fines de semana, vacaciones o días festivos, es posible encontrar artesanías variadas que abarcan desde las producidas en otras regiones del país, hasta las míticas obras elaboradas con chaquira por los huicholes. En este tianguis tradicional se vende joyería, bordados típicos, muebles de estilo rústico, medicina tradicional y hasta sesiones de masajes. También, en cada local o restaurante se pueden degustar delicias de la cocina potosina como la barbacoa, el cabrito al horno, el asado de boda, los cabuches, y el más delicioso mezcal regional. Quienes prefieren actividades de ecoturismo pueden rentar Willys, antiguos autos de la segunda guerra mundial, para recorrer por caminos rústicos. También tienen opción a recorridos guiados por el interior de la sierra.

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