El Panteón es una de las obras más antiguas del pueblo, y uno de los puntos de mayor interés. Ubicado en el predio conocido como Los Álamos, el Panteón fue construido por los franciscanos en 1775 y dedicado a San Francisco, pero con una sección dedicada a la Virgen de Guadalupe. Lo primero que se alcanza a ver, al llegar, es su arco de entrada y un camino rodeado de rocas y cruces, que en su atrio tiene tumbas de varios de los vecinos célebres y personajes importantes de la época minera. Al fondo sobresale la Capilla de Guadalupe construida, en 1770, con una sencilla fachada de arco de medio punto y torres de un solo cuerpo, con portada estilo barroco que en su interior de planta de cruz latina, luce paredes adornadas por bellas pinturas murales sobre diversos temas religiosos.
El Cerro Quemado es un ancestral sitio sagrado y de peregrinación Huichol. El recorrido puede hacerse a pie o en caballo por un camino que zigzaguea por pequeñas elevaciones libres de árboles que ofrecen extensas vistas, hasta llegar a un sendero empinado que lleva a la cima, donde encontramos varios símbolos y pequeños altares pétreos con ofrendas de listones, jícaras, velas y bordados.
Todos los años, los Wirrarikas, Wixáricas o Huicholes de Zacatecas, Jalisco y Nayarit hacen el viaje hasta este santuario en el área protegida de Wirikuta, para realizar ceremonias a sus dioses. Finalmente llegamos a la cumbre, y junto a nopales, arbustos y espigadas yucas, respiramos el aire fresco y admiramos la inmensidad de los paisajes que ofrece este místico Pueblo Mágico.
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